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DICIEMBRE 2003 - Volumen: 78 - Páginas: 6
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Queremos abordar un tema ya bastante tratado en multitud de tertulias y columnas escritas de todo tipo, Foros, Convenciones... pero lo queremos hacer desde una perspectiva nueva, la que da la vivencia diaria y no ser agente comprador ni vendedor en el Mercado Eléctrico (por extensión también de gas natural). Hasta ahora, podemos decir que en todos los casos en que hemos visto publicaciones y opiniones sobre la liberalización del Mercado Eléctrico, las conclusiones han sido negativas, es decir, siempre se dice que la Liberalización eléctrica con el modelo actual es imposible. Pues bien, es nuestro deber decir que dicha afirmación es falsa y para ello nos basamos en datos empíricos corroborados por la práctica y que trataremos de explicar de la forma más clara y concisa posible. No pretendemos aburrir ni dar una clase magistral sobre este Mercado, pero sí vamos a dar unas pinceladas que nos permitan entender cómo funciona el Mercado liberalizado actual para entender las actuaciones posteriores que se explicarán y que demostrarán que la competencia se puede forzar si se sabe cómo. Cuando se compra energía, eléctrica o de gas, debe saberse que se compra incluyendo los portes, es decir que los consumidores pagan el transporte de la energía que consumen y no lo pagan los productores. Cuando se crea el Mercado Eléctrico, hay que inventarse todo ya que nada existe. Es decir, se crea la figura jurídica del productor de electricidad, que, como su nombre indica, produce la electricidad en centrales de distintos tipos, hidráulicas, térmicas, nucleares, de ciclo combinado... Se crea así la figura jurídica del vendedor de electricidad, ya que, cuando el cliente la va a comprar, lo hace a una nueva empresa comercializadora, de la empresa matriz que sea, o independiente, pero que su actividad única es la venta de electricidad. Ahora bien, el productor tiene que vender la electricidad que produce y el comercializador tiene que comprar la electricidad que nos va a vender en algún lugar; fácil. Se crea el pool de energía donde los productores venden energía a una cantidad y a un precio determinado hora por hora de cada uno de los días del año, y los comercializadores compran esa electricidad para vendérnosla a nosotros en nuestras fábricas, oficinas, casas... Además, se necesita ahora a alguien que case dichas operaciones, es decir, alguien que sea capaz de saber cuánto ofrecen los que venden y a qué precios, y cuánto quieren comprar los que compran y a qué precios. Esa figura es el OMEL, Operador del Mercado de Electricidad, que se encarga de lo anterior y además, liquida económicamente las transacciones realizadas con el fin de cobrar a los comercializadores y pagar a los productores.
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