REVISTA DYNA MANAGEMENT

Boeing acaba de firmar un contrato con la empresa noruega Norsk Titanium para fabricar sus primeras piezas estructurales de titanio impresas en 3D para su uso en el 787 Dreamliner.

Mientras que la impresión de piezas de tiitanio en 3D puede sonar a puro marketing, el objetivo real es una medida de reducción de costes que podría ahorrar a Boeing 3 millones $ por avión, en el caso de que imprimiera todas las piezas posibles. Inicialmente, Norsk sólo imprimirá cuatro de estas piezas, después de largas negociaciones y cooperación con Boeing y la FAA. En 2018, se espera ampliar la variedad de piezas impresas para su uso en Boeings, cuya producción será de 144 Dreamliners por año.

La impresión en 3D no es una herramienta nueva para la aviación. El año pasado, GE inauguró una fábrica dedicada a explorar las posibilidades del metal impreso, que incluye proyectos como un turbopropulsor para el nuevo Cessna Denali y mini motores de reacción. Y las aplicaciones no se limitan a los aviones, la NASA tambien está trabajando en un motor de cohete impreso en 3D.

Esta tecnología de impresión en 3D, permite que el metal se deposite en capas poco a poco para formar finalmente un producto terminado en 3 dimensiones.

El resultado final son componentes robustos porque están constituidas por menos piezas montadas que los componentes tradicionales, potencialmente más baratos porque están fabricados de una sola vez y más complejos ya que pueden ser construidos (impresos) de adentro hacia afuera.

Empezando con la construcción de unas pocas piezas inicialmente, el proyecto entre Boeing y Norsk está sólo en sus comienzos, pero este tipo de colaboraciones serán cada vez más habituales en la aviación de aquí en adelante.